Ha sido una gran primavera para la jardinería, y sus nuevas plantas están creciendo con éxito. Pero luego el clima se pone caliente y seco. Deja de visitar sus vegetales todos los días; tal vez pase una semana entera. Y luego una noche da un paseo por el jardín, esperando el mismo crecimiento exuberante y verde, y lo que encuentra es... ¡horror!

Su col rizada está cubierta de lo que parece una armadura retorcida. Las plántulas sanas han sido reducidas a hojuelas. Diminutas telarañas están moteando sus berenjenas, sus vides de pepino se han marchitado y ramas enteras de sus tomates están sorprendentemente desnudas.

¡DIOS MIO! ¿Qué está pasando?

Bienvenido al lado oscuro de la jardinería: las plagas que chupan savia y mastican hojas.

Los nuevos y deliciosos crecimientos son un dulce para plagas como pulgones, moscas blancas, gusanos y caracoles, y los veranos cálidos y secos son la señal de bienvenida para los ácaros araña y las chinches de la calabaza, que literalmente chupan la sangre vital de sus plantas.

A decir verdad, si tiene infestaciones tan graves como las descritas anteriormente, lo mejor que puede hacer es arrancar las plantas afectadas y comenzar de nuevo, dijo Yvonne Savio, creadora del blog Gardening in LA y ex directora del programa de jardineros maestros de la Extensión Cooperativa del Condado de Los Ángeles.

Pero no tiene por qué ser tan grave. El truco es la prevención y el control diario, dijeron Savio y Cheryl Wilen, asesora de área del Programa de Manejo Integrado de Plagas de la Extensión Cooperativa de UC.

El enfoque del programa Manejo Integrado de Plagas utiliza una variedad de tácticas para controlar las plagas en lugar de la opción nuclear de empapar todo con pesticidas, lo que mata a los insectos buenos junto con los malos, dijo Wilen. Los insectos “buenos” como las avispas parásitas, las mariquitas y las crisopas, son aliados esenciales para destruir a las criaturas que quieren devorar sus plantas.

Savio tiene un jardín en el exterior de su casa de Pasadena, pero rara vez tiene problemas de plagas, señaló, porque su primera prioridad es mantener sus plantas sanas, con un suelo lleno de abono y otras enmiendas orgánicas, un riego profundo y constante varias veces a la semana y una gruesa capa de mantillo para ayudar a mantener las raíces frescas y húmedas.

Demasiado fertilizante también puede hacer que las plantas sean vulnerables, destacó Savio, sobre todo si tiene mucho nitrógeno, lo que resulta especialmente atractivo para los chupadores de savia. Es mejor, indicó, construir un suelo lleno de nutrientes que tratar de compensar las deficiencias con fertilizantes.

Igual de importantes son las visitas regulares al jardín, para poder encontrar problemas antes de que se vuelvan insuperables.

“Tiene que salir y mirar sus plantas todos los días”, dijo Wilen. “Voltear las hojas para buscar huevos o mirar los brotes... ¿alguien se los está comiendo? Es muy divertido de hacer, y es como llega a conocer sus plantas. Además, si ve que sus plantas se están marchitando, puede descubrir una línea de riego rota antes de perder toda la cosecha”.

Si Savio encuentra algunos pulgones en sus plantas, por ejemplo, su primera línea de defensa es lavar los bichos con un fuerte chorro de agua. Pero hay que mirar con cuidado, bajo las hojas, subrayó, donde los insectos tienden a esconderse, y la presión del agua tiene que ser fuerte porque los chupadores de savia se adhieren a la planta para comer, por lo que no se lavan fácilmente.

Wilen prefiere el método de detectar y aplastar las infestaciones de manera temprana, “porque para cuando saque la manguera y les da vuelta a las hojas, es igual de fácil aplastarlos entre los dedos”.

Sin embargo, es mejor usar guantes. La erradicación natural de plagas no es para los aprensivos.

La primera lección es aprender a compartir su jardín con insectos beneficiosos y benignos. Los cultivadores inteligentes adornan sus jardines con plantas de flores fragantes como la albahaca azul africana, las capuchinas y el cosmos para atraer a las abejas y otros polinizadores a sus plantas comestibles. Las mariquitas y las crisopas devoran a los pulgones, y las avispas se comen las orugas que adoran mordisquear sus tiernas plantas.

A muchas personas les preocupan los insectos relativamente inofensivos del jardín, como las cochinillas, también conocidos como bichos bola, que se enrollan en bolas como pequeños armadillos, y las tijerillas, con sus repugnantes pinzas traseras, dijo Wilen. Ambos insectos se alimentan principalmente de material vegetal en descomposición, pero si la infestación es demasiado grande, especialmente de tijerillas, pueden empezar a comer plantas vivas, y honestamente, ¿hay algo más repugnante que un enorme nido de tijerillas?

El mejor remedio para las tijerillas es atraparlas cuando están activas por la noche, indicó Wilen. Deje un periódico enrollado húmedo en el área del problema y luego revíselo por la mañana. Es probable que encuentre muchas tijerillas que se arrastraron dentro para esconderse durante el día. Prepárese para pisarlas una vez que sacuda el periódico o sumerja todo el periódico en un balde de agua para ahogarlas. Otra opción es crear una trampa enterrando una lata de atún vacía (o cualquier otra lata de poca profundidad con lados rectos) para que su parte superior esté a nivel del suelo. Luego llenar parcialmente la lata con aceite vegetal y un poco de salsa de soja o melaza. Las tijerillas y otros insectos se arrastrarán y se ahogarán porque no pueden salir, dijo Wilen. Retire los cuerpos diariamente (recuerde, mantener la compostura) y reponga el atrayente según sea necesario.

Esta lista, por desgracia, es bastante larga. Wilen recomienda visitar el sitio web del Programa de Manejo Integrado de Plagas para obtener información más detallada y videos útiles sobre una variedad de perturbadores del jardín, pero aquí están sus recomendaciones para hacer frente a seis de las plagas más comunes:

Por sí solas, las hormigas no causan mucho daño a las plantas de jardín, pero si ve muchas hormigas arrastrándose por el jardín, es probable que estén alentando a los pulgones, moscas blancas y otros insectos chupadores de savia que excretan una sustancia dulce llamada mielada. Las hormigas tienden a los chupadores de savia de la misma manera que los pastores a sus ovejas, protegiéndolas de los depredadores. Para deshacerse de los chupadores de savia hay que domar primero a las hormigas, con cebos de ácido bórico azucarado que no son tóxicos para las personas y las mascotas (a menos que se coman en grandes cantidades) pero que envenenarán lentamente toda la colonia de hormigas. Es importante usar un cebo de acción lenta, indicó Wilen, para que las obreras puedan llevarlo al nido y alimentar a la reina y al resto de la colonia. Una receta requiere usar 1 taza de azúcar, 3 tazas de agua y alrededor de 1 cucharadita de ácido bórico de alta pureza (99%) soluble en agua y colocarlo en un recipiente rellenable, como el dispensador de cebo líquido para hormigas KM AntPro Liquid Ant Bait. En caso de duda, use menos ácido bórico en lugar de más, para asegurarse de que el veneno se disperse por toda la colonia. Otra opción es un gel de cebo para hormigas con un 0.01% de tiametoxam, como Optigard.

No sería primavera sin pulgones, pero si se les deja pueden cubrir una planta y succionarla hasta dejarla seca. Aquí es donde ayuda a alentar a las mariquitas y las crisopas, dos insectos que encuentran a los áfidos particularmente deliciosos. Sin embargo, hay que tener cuidado al comprar mariquitas y liberarlas en el jardín, ya que no hay garantía de que se queden a menos que encuentren mucha comida (es decir, pulgones). Así que vale la pena el monitoreo diario: revise el reverso de las hojas, y cuando vea un pulgón, aplástelo o lávelo con una fuerte ráfaga de agua. Savio recomienda un aerosol que consiste en una cucharada de salsa de Tabasco y jabón para platos mezclado con un litro de alcohol y un galón de agua. Plantar aliso dulce atraerá a las avispas parásitas, que son enemigas naturales de los insectos chupadores de savia.

3. Gusanos del cuerno Cada cultivador de tomates tiene una horrible historia de gusanos del cuerno. Estas orugas verdes gigantes son fascinantes y repugnantes, pero, pueden comer, despojando ramas enteras de sus hojas y comiendo sus tomates. Los gusanos del cuerno comen casi toda la noche y son del mismo color que las hojas de los tomates, lo que hace que sean difíciles de detectar. Tienden a esconderse bajo las hojas durante el día, así que su mejor opción es buscar sus pequeños montones de excremento negro, llamado frass. Si ve el frass, que es del tamaño de una semilla de sésamo, indicó Savio, busque los gusanos en las hojas directamente arriba. Otro truco es rociar la planta con agua, dijo Savio, “lo que hace que se muevan y sean más fáciles de detectar”. Recójalos de la planta y ahóguelos, córtelos por la mitad con sus tijeras de podar o píselos, como prefiera. (Nota: si elige el método de pisar, use zapatos cerrados porque tienden a escurrir).

4. Caracoles y babosas Estos moluscos terrestres viscosos pueden moverse lentamente, pero podrían devorar una cosecha de tiernas plántulas durante la noche, dejando sólo los tallos y un rastro brillante y revelador. Durante el día, las babosas y los caracoles se esconden bajo las hojas, rocas o tablas y hacen su daño por la noche. El control más efectivo es buscar y pisotear por la noche, cuando se aventuran a salir; coloque tablas para que se escondan debajo de ellas, de manera que se puedan encontrar y destruir fácilmente por la mañana; o utilice una trampa llena de unos pocos centímetros de cerveza. Como muchas criaturas de la noche, a los caracoles les gusta la cerveza, pero no son finos. Savio dijo que sus colegas de la Extensión Cooperativa de UC hicieron una prueba extensa y encontraron que Coors Light era su cerveza preferida. Los caracoles y las babosas son atraídos por el olor, por lo que se necesita un recipiente de lo suficientemente profundo para que caigan y se ahoguen. Retire sus cuerpos por la mañana.

5. Ácaros araña Si las plantas de su jardín tienen hojas moteadas y muchas telarañas finas, es probable que tenga ácaros araña. La mayoría de los ácaros son demasiado pequeños para verlos sin aumento, pero si se ha retrasado en el riego, y ha hecho calor, polvo y sequedad, esas son las condiciones perfectas para estos perniciosos chupadores de savia. Normalmente cuando se nota la infestación, es demasiado tarde para salvar la planta, señaló Savio, quien recomienda arrancar la planta infectada, envolverla en una bolsa de plástico y tirarla antes de volver a plantar. La mejor defensa aquí es la prevención, dijeron Savio y Wilen. Dé a sus plantas un riego profundo y constante, especialmente cuando hace calor, y rocíe periódicamente el área para mantener el polvo y desalentar a los ácaros, que prefieren las cosas secas.

Estas no son verdaderas moscas sino pequeños chupadores de savia con alas que, como los pulgones, excretan mielada que las hace atractivas para las hormigas. Las infestaciones pesadas son difíciles de manejar. Las moscas blancas cuelgan en la parte inferior de las hojas, así que busque con cuidado y retire las hojas infestadas o rocíelas con agua para desalojar las plagas. El aceite de neem, un pesticida natural de origen vegetal, también puede ayudar, pero la prevención es la mejor opción. Aliente a sus depredadores naturales, como las crisopas, a desalentar a las hormigas que las protegen y deseche (no haga abono) las plantas muy infectadas para que los insectos no puedan invernar y regresar el próximo año.

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